Publicado el 29º octubre 2020

Haz lo que toca; revisa tus mamas

Sabemos que probablemente este año has usado una máscara facial más que un sujetador, pero tienes que estar en contacto con tus mamas. Octubre es el mes de la concienciación sobre el cáncer de mama y seríamos poco rigurosos si no pidiéramos a cualquier persona con tejido mamario (es decir, todo el mundo) que se palpara.

 No hay una manera correcta o incorrecta: todo lo que necesitas son tus mamas, tus manos y unos prácticos consejos. Puedes revisar tus pechos tanto de pie como acostada, aunque muchas personas prefieren revisar sus mamas frente al espejo o en la ducha.


Agárrate las mamas; puedes salvar la vida.

1. Empieza por mirarte las mamas en el espejo y busca cualquier cosa que pueda parecerte «inusual». Eso puede incluir mamas que no son de su tamaño, forma o color habituales, o cualquier distorsión e hinchazón visibles

2. Levanta un brazo por encima de la cabeza y, con la otra mano, masajea suavemente la mama con un movimiento circular. Mantén los dedos planos y juntos, y aplica una suave presión.

3. Repasa toda la mama con la mano, de arriba a abajo y de lado a lado. ¡No te olvides de palpar también alrededor de la clavícula y axilas, ya que también tienen tejido mamario!

4. Al igual que cuando realizaste un examen visual en el espejo durante el masaje, debes estar atenta a cualquier alteración, como bultos, espesor, dolor o cambios notables en la textura de la piel. El tejido mamario tiene de forma natural pequeños bultitos, por lo que es posible que tardes un poco en familiarizarte plenamente con el tacto habitual de tus mamas.

5. Repite este proceso una vez al mes, solo tardarás unos minutos. Si eres mujer, lo ideal es que sea un par de días después de que termines con la regla. Es totalmente normal que las mamas tengan un aspecto y un tacto diferentes a lo largo del ciclo, por lo que se recomienda esperar a cuando no estés menstruando.

Como hemos dicho, realmente no hay una forma «correcta» de revisar tus mamas, solo tienes que llevar a cabo una revisión exhaustiva. Lo más importante es examinar con suficiente regularidad como para saber qué es normal para ti, para observar los cambios mencionados anteriormente.