Publicado el 29º octubre 2021

La menopausia puede introducir muchos cambios en tu cuerpo (hola, parece que estamos a 200 grados y es invierno), y uno de los más complejos y a veces sorprendentes es el debilitamiento de tu suelo pélvico: los músculos, ligamentos y tejidos conectivos que sostienen los órganos de tu pelvis. Siempre se habla mucho del suelo pélvico durante y después del embarazo, pero como ocurre con la mayoría de las cosas que tienen que ver con hacernos mayores, se habla mucho menos de él en relación con la menopausia. Un suelo pélvico debilitado puede provocar síntomas que van desde la incontinencia urinaria o el prolapso hasta problemas íntimos y mucho más, por lo que es algo de lo que definitivamente se debe hablar.


Nos gusta pensar en los ejercicios de Kegel como superejercicios: trabajan el suelo pélvico, fortalecen el core y no necesitas pisar un gimnasio. Ideal. Así que hablemos de cómo los ejercicios de Kegel pueden resultar de ayuda durante la menopausia.


¿Qué es el suelo pélvico?


Lo primero es lo primero, vamos a familiarizarte con tu suelo pélvico. El suelo pélvico se encuentra en la parte más baja de la pelvis y sostiene la vejiga, el útero, el recto y la vagina, y ayuda al funcionamiento de estos órganos. Así que es muy importante. Es probable que sufra cambios durante la tensión del embarazo y el parto, pero también puede debilitarse durante la menopausia, cuando los cambios hormonales que experimentan las mujeres pueden hacer que los tejidos sean más finos.

Tengo 99 problemas y un suelo pélvico débil es uno de ellos


Un suelo pélvico débil puede acarrear grandes problemas de salud. Estos son los tres más comunes.


  • Pérdida de control de la vejiga: es posible que de repente sientas que necesitas orinar todo el tiempo, o que a veces no seas capaz de controlar la vejiga cuando necesitas hacerlo. Existen muchos tipos diferentes de incontinencia urinaria, así como de incontinencia anal, lo que significa que no siempre se puede controlar el tránsito de los gases o las heces.

  • Dificultades sexuales: nadie quiere tener problemas con los orgasmos (y a pesar de lo que nuestra cultura pueda hacernos creer, las mujeres mayores de 45 años siguen queriendo experimentar placer sexual). Un suelo pélvico más débil puede provocar una disminución de la sensibilidad vaginal o incluso relaciones sexuales dolorosas o dolor vulvar.

  • Prolapso: en algunos casos más extremos, los órganos internos sostenidos por el suelo pélvico, incluidos la vejiga y el útero, pueden deslizarse literalmente hacia la vagina. Es posible que notes una clara protuberancia en la vagina y dolor en la zona.


Vale, pero ¿cómo pueden ayudar los ejercicios de Kegel?


Ya hemos dicho que los ejercicios de Kegel son una especie de superhéroes en lo que respecta a la salud de las mujeres. Se hacen para fortalecer la musculatura del suelo pélvico. Para saber con exactitud dónde están los músculos del suelo pélvico, puedes parar a mitad cuando estés orinando y aguantar. Son los músculos que permiten este control.


Los beneficios de los ejercicios de Kegel


  • Orgasmos alucinantes, porque los ejercicios de Kegel pueden mejorar tu vida sexual.

  • Ayudan a prevenir y tratar la incontinencia urinaria.

  • La salud general de tu vejiga se verá beneficiada.

  • Es posible que hayas escuchado a los yoguis decirlo y, sin duda, tienen razón: un ejercitador del suelo pélvico puede ayudarte a fortalecer el core, especialmente si estás de pie todo el día.

  • La mayoría de nosotras tendemos a encorvarnos (gracias a los ordenadores) y los ejercicios de Kegel pueden ser realmente de ayuda para mejorar tu postura.

  • Los ejercicios de Kegel pueden reducir la posibilidad de que se produzca un prolapso vaginal posterior y también aliviar los síntomas, lo que es especialmente importante para las mujeres que acaban de ser mamás


Cómo hacer los ejercicios de Kegel

Para localizar los músculos del suelo pélvico, la próxima vez que estés en el inodoro, para cuando estés a medio orinar. Esa es la sensación que hay que reproducir cuando haces los ejercicios de Kegel. Una vez que hayas identificado los músculos del suelo pélvico, puedes realizar los ejercicios en cualquier posición, aunque puede que al principio te resulte más fácil hacerlos tumbada. Para ver resultados rápidamente, intenta concentrarte de verdad. Ten cuidado de no apretar los músculos del abdomen, los muslos o las nalgas. Solo te llevará unos minutos hacer los ejercicios, así que intenta repetirlos unas tres veces al día; trata de hacer tres series diarias de 10 a 15 repeticiones.


Ahora, empieza a trabajar ese suelo pélvico


¿Ves ahora por qué decimos que los ejercicios de Kegel son superejercicios? Cuando se llega a la menopausia, vale la pena intentar mantener una rutina regular de Kegel para mejorar el control de la vejiga, el placer sexual y el menos glamuroso prolapso uterino.